Para lograr un ambiente limpio y aseado fácilmente luego de pintar debemos pensar en la organización desde el principio. Mientras más organizado dejemos el espacio de antemano, más sencillo será llevar todo a su lugar original.
Hablemos de lo que sucede cuando nuestra obra está terminada, es hora de recoger, pero no sabemos por dónde empezar sin provocar un desastre. Mira cómo hacerlo paso a paso:
- Verificar que las paredes estén secas. Al limpiar después de pintar, evita recostar el mueble a la pared húmeda porque sino se arruinarán ambos y esto prolongará el proceso de limpieza.
- Remueve los papeles de las superficies. Cuidadosamente retira todos los periódicos que pusiste en los alrededores de la pared. Revisa que no tengan pintura fresca para que al tirar no salpique cualquier otro objeto o la superficie que pintaste.
- Revisa tus extremidades. Por igual, los restos pueden permanecer en partes de nuestro cuerpo y luego manchar otros espacios de la casa. Lava tus manos, brazos, piernas, con agua y jabón.
- Limpia los materiales utilizados. Nuevamente, para asegurarnos que nada más se manche dentro de la casa, cada uno de los materiales utilizados deben ser limpiados. El agua caliente puede ayudar en conjunto con los disolventes. Envuelve las brochas en papel para absorber el agua sobrante. Mediante este proceso aseguras una mejor limpieza para poder usarlos próximamente.
- Limpieza profunda. Aprovecha y asea el espacio. Antes de ubicar los muebles asegúrate de limpiar bien el perímetro pues se pueden encontrar restos de pintura o incluso de polvo.
Limpiar después de pintar no tiene que ser una tarea titánica, solo debes tener los accesorios y complementos adecuados, y planificar previo a la remodelación como lo haremos.